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Una llave habla de cierre y apertura. De aquello que decidimos dejar atrás, de la seguridad que lo permitió; pero también de lo nuevo, de desafíos y búsquedas. Regula el paso del aire, como en los instrumentos musicales de viento, y asegura la unión de dos piezas.

Grita flexibilidad, cuando apelamos a ella para ajustar o aflojar las tuercas que mantienen unida nuestra estructura; o en aquellos instantes, casi imperceptibles, en los que la usamos para alcanzar mayor o menor fluidez de nuestro ser y sus energías, y por qué no, amoldar las cuerdas marcando una nueva temporalidad y ritmo a la vida.

Una llave es el signo que agrupa, genera conexiones entre distintos elementos que integran una misma serie, comunicándolos, construyendo un todo que los contiene y es más que la suma de las partes. Es aquel principio o medio que multiplica las oportunidades de aprender, de enriquecernos en el vínculo y construir.

En las batallas cotidianas, la llave es aquel movimiento que nos permite derribar barreras y visualizar puentes que unen, acercan, y nos encuentran compartiendo. Una llave guarda incontables sentidos, atesora eso que la hace única, la posibilidad misma de imaginar y proyectar escenarios múltiples y diferentes, de ser libre, de elegir.

Una llave es movimiento, cambio. ¿Como podríamos seguir viviendo si no cambiáramos?
Y si el cambio es lo único constante ¿por qué le tememos, resistimos, negamos?. Vivimos anestesiados, en esa búsqueda, a veces resignada, de que todo permanezca igual que antes, o en su aparente opuesto, que nos lleva a correr hacia lo diferente sin saber el para qué. El mirar más allá, nos mueve. Diseñar, imaginar, animarnos a transitar nuevos caminos, nos saca de la incómoda zona de confort. Pero la clave sigue siendo lo que nos motiva a emprender, a dar el primer paso.

Ese para qué nos dice cuando hemos encontrado lo que anhelábamos. Correr y frenar, palabras que hablan de cambio, atesoran búsquedas pero sobre todo, nos encuentran en la plenitud que sentimos cuando llegamos a casa.

Un día, recordarás este día, cuando fuiste libre de elegir tu presente construyendo un nuevo futuro. Harás de la libertad una auténtica bandera, esa que simboliza la posibilidad que todos tenemos de vivir la grandeza. Un día, sonreirás al mirar hacia atrás y te encuentres leyendo que eso que llaman éxito es para todos. Que no se trata de bajar las expectativas sino de elevarla al nivel que cada uno quiera, tan lejos, rápido, profundo o alto como lo imagines.

Qué esperas para convertir este día, en ese día? Se parte de este equipo, para que nada ni nadie deba recordarte que aquello que te motiva es la grandeza vivida.

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